Conciencia plena nos ayuda a separarnos de nuestros pensamientos. Aprendemos a dejar que nuestros pensamientos surjan y pasen. Aprendemos cómo poner nuestra atención en el momento presente y no aferrarnos ni preocuparnos por el futuro, o lamentarnos por el pasado. Se aprende a relajar el cuerpo y descansar nuestra atención en nuestras emociones, en vez de alimentarlas con nuestros pensamientos. Aprendemos a aceptar nuestras emociones en lugar de intentar escapar de ellas, consiguiendo de esta manera una reducción efectiva de nuestro sufrimiento.
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